martes, 7 de octubre de 2008

Ninfómanos insconstantes.

Te creo, aunque tal vez casi nada de esta historia ocurrió. Sólo sé que tuvo lugar en mi memoria y que eso, la hace cada día más real. Seguimos venciendo al olvido, degustando las telarañas del pasado que cada día envuelven recuerdos más y más apetitosos, a los que no es necesario adormilar con sustancias venenosas, pues ya es en si el olvido cianuro potente, para deshacerse del presente.
Según la física cuántica se puede abolir el pasado o, peor todavía,cambiarlo. No me interesa eliminar y mucho menos cambiar mi pasado. Lo que necesito es una máquina del tiempo para vivirlo de nuevo. Esa máquina es la memoria. Gracias a ella puedo volver a vivir ese tiempo infeliz, feliz a veces. Pero, para suerte o desgracia, sólo puedo vivirlo en una sola dimensión, la del recuerdo. El intangible conocimiento (todo lo que yo sé de ella) puede cambiar algo tan concreto como el pasado en que ella vivió. Una canción contemporánea parece decirlo mejor que yo: «Cuando el inmóvil objeto que soy / encuentra esa fuerza irresistible que es ella». Los fotones pueden negar el pasado, pero siempre se proyectan sobre una pantalla –en este caso este libro. La única virtud que tiene mi historia es que de veras ocurrió. [...]

La vida es un prêt-à-porter si prêt es una abreviatura de pretérito. El Lector puede, si quiere, creer que nada ocurrió o que esta historia del periodista pobre y su hallazgo nunca tuvo lugar –excepto, claro, en mi memoria.

G.Cabrera Infante.

1 comentario:

Pimienta dijo...

"Lo que necesito es una máquina del tiempo para vivirlo de nuevo."

amén

Nunca me han dado un beso de cecina, pero teniendo en cuenta q la cecina me chifla,aunque yo no sea de León... mmm seguro q me chiflarían los besos de cecina.


Empezó mi nueva aventura pequeño, estoy en salamanca.

:)