Ya tengo el casco, para que no me golpeén más,los recuerdos que revolotean sobre mi cabeza,
como crueles carroñeras, girando en círculos,
entonando el canto final, y mirándome
constantemente
de la misma forma,
en que aquella tarde la tristeza
con su manto de argutorio,
me miró.
Ya tengo los guantes, para poder agarrarme
al clavo ardiente del olvido,
para pegarme en el ring, con tu memoria,
y salir victorioso, del combate
perdido, de antemano,
por apostar neuronas
en este juego de naipes.
- Nunca lances órdagos -.
Y las botas también, para pisar los cables
y reirme de los electrones, para pisar las puntas
y reirme de la antitetánica, para pisar
y al menos,
no llorar bajo las alfombras
olvidadas en portales,
usadas sólo, cuando llueve,
a la sombra de todas las miradas,
a la esquiva de todas las preguntas.
Me falta el peto amarillo para empezar,
estoy en construcción,
pero no estoy para colores alegres.
2 comentarios:
A mí me falta todo,
incluso las ganas por construir. Las he buscado y no hay nada,
Ander, no hay nada.
Quizás ahora toque eso.
..besoderruido..
Pues voy a hacer un comentario! que no solo va a ser esto entrar y no decir nada...
Decir que me gusta, especialmente la primera imagen (o como se diga tecnicamente); ese casco... También esos guantes, esa coraza que nos vamos construyendo porque no queda otra, para sobrevivir.
Me gusta el paralelismo con la ingeniería, como no sentirse identificado. Me gusta también la oportunidad de leer estas palabras!
A ver para cuando comparto yo las mías...
La sensación tras digerirlas... transmiten fortaleza, subyace un poso de amargura, pero agradable, como el de un Gin-Tonic!
Ánimo con lo que sea
Victor
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