martes, 6 de enero de 2009

El enemigo fabricado

Quizás empiece a ser necesario dejar de ser tan condescendiente con cierto tipo de personas que matan para salvarse, según dicen. Me he encontrado por internet , en una página por la que paso cuando puedo, el blog de Silvia Cattori "écrits politiques", con lo siguiente,

«Llegará un tiempo en que los responsables de los crímenes contra la humanidad que han acompañado el conflicto israelo-palestino y otros conflictos de nuestra época serán llamados a responder ante los tribunales de los hombres o de la historia junto con sus cómplices y todos aquellos que en Occidente han elegido el silencio, la cobardía y el oportunismo».


Quizás ya va siendo hora de abandonar este estado de dejadez, y de que Europa condene las 570 víctimas del pueblo palestino, frente a la tan curiosa muerte del único soldado israelí, hasta el momento. Me pregunto si serán los nuevos Espartanos, pero francamente Olmert no me recuerda a Leónidas, ni en físico ni en inteligencia, y tampoco Gaza lo hace a las Termópilas. Dónde se han escondido ahora, en época de guerra, todos aquellos defensores de la paz, dónde está el premio principe de Asturias Amos Oz, o los artículos de Grossman en El País implorando por la paz en Oriente Medio; o es que también ellos se han disfrazado de militares está vez, confío en que no. Pero ya no vamos a culpar hoy a fulanito y a menganito, presidentes del gobierno de cualquier país, de la unión europea, la ONU o cualquier otra organización de mamarrachos que permiten un holocausto por parte de aquellos que lo recibieron, y que no aprendieron de él sino más que formas de como hacerlo renacer, de como aplicar la fuerza contra quien no puede dar más respuesta que la tinta roja emborronada en su cuerpo, actores en la última película de Hollywood rodada con balas de verdad obsequio de los estudios centrales de la Whitehouse. Hay que ver que Cool queda todo en ingles, incluso el Yes, we can, pero dónde estás ahora marioneta. Los hilos que manejan el mundo deciden quien vive y quien muere. Quien vive, decide la historia y quien la escribe, borra el pasado y libera el olvido. Por eso, hoy en día, siempre ganan los buenos, aunque en este caso, se trate quizás de que sólo podemos elegir entre malos y más malos. Decide tu bando, no pegues un tiro, no dejes títere con cabeza, y al que alce el puño, gritale a la puta cara, - dejad de segar sombras en silencio, ¡nos queda la palabra! -. Hazlo como quieras, pero no te quedes como ellos en silencio, esperando a ver si pasa, a ver si se arregla y todo termina pronto. No te creas lo de los misiles Qassam, es una excusa para cuatro idiotas.

La cuestión no es si se justifica o no el terrorismo, nadie se confunda. La cuestión es, de nuevo, de proporciones. Equiparar los crímenes de Hamas con los del Estado de Israel es como comparar a los judíos partisanos que combatieron la ocupación nazi en Europa con el III Reich. Sencillamente inmoral, y criminal. Condeno por supuesto el lanzamiento de misiles de fabricación casera y alcance limitado contra población civil, porque viola todo el Derecho Internacional Humanitario y la IV Convención de Ginebra. Nadie dice que eso esté bien. Pero que ciertos gobiernos, como el de Israel, Estados Unidos y Canadá, esgrimen eso como justificación de un bombardeo masivo contra una de las zonas más densamente pobladas del mundo, es manipulación, es jugar con el miedo al terrorismo sin sentarse con un whisky y hacer previamente una autocrítica para culpar al resto con mi conciencia tranquila. Según el cartel mediático internacional, los niños, las mujeres y los civiles que vimos tendidos en las calles, o con el cuerpo destrozado, son peligrosos “terroristas islámicos”.
Ahora que pasó la Navidad, ¿por qué somos tan condescendientes con los Herodes de nuestros días?.

1 comentario:

Joseph Cartaphilus dijo...

No discrepo en cuanto al papel de ejecutor que asignas al jército israelí. Así es y ha sido siempre en esta raza maldita, la humana me refiero.

En lo que si difiero es el papel que le atribuyes a los fanatismos que crecen (con motivos, pero crecen) en el bando palestino. La pregunta es, si fueras israelí que harías. Igual no ser tan salvaje. Igual serlo un poco menos. Pero ya es un poco.

No es quiero ser equidistante con los bandos. Un poco más si pretendo serlo con las personas. Dicho esto tampoco tiene mucha importancia.

Escribes estupendamente

Dichos seres, tan poco humanos.