Creo que no volvería a matar a nadie.
Aquella vez lo hice porque me lo pidieron
pero ahora ya no podría hacerlo ni por venganza.
Lo hice una vez, sí,
y ahora eso me condena a escribir en la sombra,
a esquivar la fama bajo un pseudónimo
y vivir condenado a alimentar la leyenda
sospechando en cada esquina.