jueves, 11 de octubre de 2007

La librería a oscuras

El otro día, una muy buena amiga me dijo que le gusto algo que me había leído, algo que estaba dentro de todo esto...

Me alegra que soñar conmigo te haga pasear contenta de camino al trabajo, sendero nunca agradable este, ¿verdad?. Espero que pienses en mí también cuando regreses de él... espero que pienses en mí, mi amor.
Ayer me paso algo, necesitaba algo de poesía nueva para mis venas, asique cogí la bici y me fui picoteando de librería en librería, por el centro de Valladolid, de libro en libro, cientos de poemas para ojear, era como el paraíso... pero entonces, de cuclillas indagando en la última balda de la primera estantería, descubrí la antología poética de Dylan Thomas, que por supuesto cogí entre mis manos y comencé a ojear. No fue ella sin embargo la que capto mi atención, sino unos extraños ojos, a la vez conocidos, a la vez preciosos, que me miraban desde el otro lado del estante, justo a través del hueco que el libro había dejado, y que el resto de libros, aún, no habían decidido conquistar. Yo miraba esos ojos, ellos me miraban, y la nada en el medio de una interminable colección de poesía, convertía en ironía la situación. Aquellos que tanto me ayudaron a comprender el amor, eran ahora quienes me separaban de él, malditos versos. Pasé segundos interminables tratando de tirar los libros que impedían ver esos ojos directamente al suelo. Celan, Bowles, Machado, Mayakovski... daba igual, era increible, era como si estuviesen pegados al estante, no se podían sacar, eran un adorno simplemente, o una jugada del destino no lo sé, pero esos ojos seguían mirando, impacientes, desde el otro lado del pasillo. Me di cuenta entonces, que mi dedo seguía marcando una página, ágilmente determinada al azar, momentos antes de empezar el caos, asique de manera refleja abrí el libro, ignorando los ojos, y comencé a leer:
Era mi trigésimo
año camino al cielo en pleno mediodía de verano
aunque la ciudad a mis pies yaciera deshojada en la
sangre de octubre.
Ojalá pueda cantar todavía
la verdad de mi corazón
en esta alta colina a la vuelta de un año.

Puede que por la paz del poeta, o por el instante de reflexión que me permitió la lectura, no sé muy bien porqué, pero entonces creí entenderlo todo. Comprendí que aquello no era una librería normal, porque el sol que precede al crepúsculo entraba por las ventanas, pero allí no existían sombras. No había vendedores ni compradores, no había libros, eran sólo adornos, todos menos uno, justo el que cogí y a través del que apareciste con tus ojos para poner el rasero de los sueños muy por debajo del de la realidad, para hacer de tu cuerpo una realidad sin sombra, caótica, en medio de la noche eterna de tu ausencia, donde ni los mejores edredones suplen el calor de tus caricias, envueltos en la noche de las dos lunas llenas, doble de todo, mitad de nada. Una luna para tí, y la otra...la otra luna eres directamente tú, mi amor. Esa noche, en que creí quedarme sin nada, aunque eso ni siquiera me importase, fue la noche en que recuperé todo, cuando te acercaste a mí como un sochantre, silenciosa, con una vela y un libro entre tus manos, y decidiste marcar las pautas de aquel beso. Un ruido a cerámica rota, un golpe contra el suelo, y la más profunda oscuridad fueron la banda sonora que acompañó el choque de nuestros labios.
En el suelo, inadvertido, el espíritu de Dylan Thomas, reía compulsivamente.
A P.

2 comentarios:

Pimienta dijo...

.me alegro que te gustara mi regalito.
.. que ganas tenía de verla de nuevo, es como una bocanada de vida, el olor, el sonido, el tacto ..
.. podría estar horas mirandola, pensando en todo y en nada, simplemente empapándome no sólo de su agua salada, sino de todo lo que ésta encierra ..
.. cierro los ojos y paseo por la orilla, los pies se entierran con cada ola que los moja, con la espuma que hasta ellos llegan ..
.. y con los dedos de los pies revuelvo la arena, como un niño cuando se sorprende la primera vez que la ve ..
.. y la mejor palabra que la define es VIDA .. por todo lo que ésta incluye ..



-gracias por lo que me escribiste, me gustó mucho bicho-

.besosalado.

Pimienta dijo...

por cierto niño, ya lo sabrás, pero por si acaso te informo, el 18 de octubre jueves actúa Dorian de nuevo en la Asklepios a las 20:00 h ; ve a verlos que merece la pena, y disfrútalos por mí, ok?
ya me contarás.

bicos