jueves, 5 de febrero de 2009

El hipotético paso del tiempo

Fue tan rápido que, siento como si siempre lo hubiese visto desde atrás, con esa agonía que vence al perseguidor, que lo debilita a cada paso que corre y avanza, y no llega. Nunca tuve la oportunidad de ponerme delante, de pararlo todo, como aquel estudiante en Tiananmen, alzar la mano y controlar la situación por un instante. Ahora le entiendo, porque quisiese haber sido él, arriesgar, elegir morir envenenado por tu sonrisa, a vivir condenado al amargo sabor a otoño, con que tu ausencia empapela mi cuarto y me condena a vagar entre recuerdos y olvido.
Las sombras continúan subiendo y su paso marca, lento, los segundos. No hay luz al final de las escaleras, incluso posiblemente, ni siquiera hay luz y los peldaños son el reflejo del hipotético paso del tiempo.